Pastillitas del olvido, tengan el recuerdo vivo de la noche que la vi bailar; se movía como loca, inestable, y caprichosa, y era triste como mi ciudad.
Y yo que te dí todas mus noches a vos, sin lamentos, ni reproches. Te dí en las noches y los días mis mejores melodías, en las horas mas tremendas de mi vida.
Yo te espero todavía, yo creo que olvido es una fantasía. Y así, destinada a padecerte, sigo loca como siempre, inventando lo que sea para verte.
En un rincón de mi memoria sobran noches de tristeza, poca gloria, y soledad.
Y en el hueco de los años más dorados, caben tus ojos prestados, y un adiós para olvidar.
Baila tu milonga preferida, que está oscuro todavía, que amanece y se nos va la vida.